Se dice que el arte imita a la realidad. Sin embargo, hay ciertos casos en los que la vida parece replicar las cosas que vemos en las obras de arte que admiramos, sobre todo cuando tienen que ver con nuestra infancia, pues esas obras se quedan tatuadas en nuestra memoria. Ese es el caso de esta gatita blanca que, tras rescatarla, fue bautizada en nombre de uno de los personajes de la infancia de su dueña: ‘Duquesa’. Irónicamente, la gata terminaría, a su vez, dando a luz a todos los cachorritos de los Aristogatos.
Esta es la historia de Shelby Sewell-López, una mujer en Texas que, tras verla muy enferma y herida, decidió adoptar a la gatita en cuestión, y la ayudaría a sanar y a darle una vida llena de amor, sobre todo sabiendo que no se hubiera podido personar dejarla a su suerte.
Debido al color de la felina, tan, pero tan blanco, decidió llamarla ‘Duquesa’, haciendo referencia a la mamá de los gatitos en el clásico de Disney Los Aristogatos. Además de eso, cumplió con su promesa de darle una nueva vida a Duquesa, pues la vacunó, desparasitó y alimentó como lo necesitaba en su condición requería: recupero su blanco pelo, se recuperó de una hernia que la aquejaba y logró deshacerse de los parásitos que dañaban su salud. El resultado, una gatita esponjosa y con porte casi salida de una película animada. Sin embargo, Duquesa tendría otra sopresa que dar...
No cuenta si no es paquete completo
La familia de Shelby, así como ella, pensaron que la nueva integrante de su familia estaba esterilizada. Sin embargo, un día decidió esconderse en un ropero y se negó a salir de nuevo. Cuando al fin pudieron revisarla más de cerca, se dieron cuenta de que algo tenía en la boca, como un ratón. No obstante, al ver con más detenimiento se dieron cuenta de la realidad: era un pequeño gatito.
Y la coincidencia no se detendría: los tres gatitos que nacieron fueron del mismo color que los hijos de Duquesa en los Aristogatos: balnco, café y negro. Shelby no pudo contener su alegría y decidió llamarlos en honor a los protagonistas de la película: Berlioz, Marie y Touluse. Junto a ellos nació un cuarto gato, al que nombraron Blue. Al final, la familia texana decidió conservar a todos los gatos, para que se mantengan juntos como familia, y vivir cuales Aristogatos sus propias aventuras.