Este 10 de agosto se celebra al Santo Niño Cieguito, una de las imágenes religiosas más veneradas en la entidad poblana, y a quien le atribuyen milagros en la cura de la vista y otras enfermedades.
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Por ello, decenas de fieles católicos se dan cita en la Iglesia de las Capuchinas o Templo Conventual de San Joaquín y Santa Ana ubicado en el corazón de la ciudad de Puebla, en donde se encuentra su imagen, para llevarle ofrendas y dar gracias por los milagros concedidos. Otros lo visitan para hacer con fe sus peticiones.
“La salud, de la vista, yo ya me operé veo muy bien, pero tengo una hija que está enferma de la vista y le vine a pedir para que próximamente en la cirugía salga bien”, comentó María Esperanza a TV Azteca Puebla.
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“Busco mi salvación, mi sanación, próximamente me van a intervenir y lo conocí en momentos difíciles de salud siempre que tengo un momento difícil como este de mis hijos de mi esposo o en este caso mío estoy aquí ante sus pies para pedirle por mi salud”, dijo Lourdes Tapia.
En este contexto de la festividad, más de 60 ambulantes permanecerán instalados sobre la calle 16 de septiembre, entre la 9 y 11 poniente, con los permisos correspondientes del ayuntamiento, quienes confían en que haya una alta visita de fieles.
“Yo digo que sí porque es muy tradicional esta fiesta. El niñito es muy milagroso yo soy una de ellas cada año estamos acá y de qué viene gente viene gente; lo mantenemos más o menos de acuerdo a la economía de la gente, porque la gente podrá tener o no podrá tener, y mejor somos accesibles a la gente”, comentó una comerciante instalada en la zona.
Los antojitos y el pan de fiesta, formarán parte de la venta que permanecerá hasta este miércoles 10 de agosto, y con la que esperan mejorar sus ingresos.
“Esperamos que venga mucha gente porque venimos con las esperanzas de que venga más gente a la festividad; mucha gente vivimos con esa esperanza y con ese sueldo somos trabajadores incluso no somos los que llevamos todo esto”, comentó una vendedora.
Mística historia del Santo Niño Cieguito
El origen del Santo Niño Cieguito se dio en el convento de Nuestra Señora de la Merced, en la ciudad de Valladolid, hoy Morelia; pues dentro de este recinto estaba la Virgen de la Merced, que cargaba en los brazos a un pequeño Niño Jesús con hermosas piedras verdes en los ojos. La noche del 10 de agosto de 1744, al concluir la fiesta de San Lorenzo Mártir, un hombre se escondió en el interior del templo para robar, y mientras hurtaba algunos objetos, notó los ojos de esmeralda que portaba el Niño Dios, así que lo tomó y se lo llevó al cerro de Punjuato.
Con una herramienta filosa, le retiró las piedras preciosas de la cara; pero, pronto, el Niño Dios comenzó a derramar lágrimas de sangre. Acto seguido, le quitó los brazos y las piernas, para después enterrarlo. A los pocos días el responsable fue detenido y confesó su fechoría. La figura fue localizada por un indígena, y tan pronto como pudo la regresó al templo. La imagen fue trasladada al Convento de las Capuchinas en Puebla, en este sitio lo recibió Sor María Manuela Josefa, y luego de una misa, restauraron todos los daños, pero decidieron dejarle las cuencas sangrantes.
Le dieron el nombre de Santo Niño Cieguito, y lo revistieron con los símbolos de la Pasión de Cristo; además, en la izquierda tiene una bandeja con dos ojos. (El Color de la Fe).
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