La presidenta de México, Claudia Sheinbaum llega al poder con una sólida trayectoria

Claudia Sheinbaum llega a la Presidencia de la República con una sólida trayectoria académica y política.

Fuerza Informativa Azteca
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Nadie lo imagino ese 1987. Pero entre los miles de estudiantes con el puño en alto y el espíritu encendido, estaba una joven que sería llamada por la historia.

Esa estudiante de la facultad de física de la UNAM se convertiría en la primera presidenta de México en 200 años.

”...estaremos a la altura de las circunstancias de nuestro hermoso y glorioso pueblo...”

Y esas circunstancias son inéditas...

Tras 66 presidentes y dos siglos de vida republicana, Claudia Sheinbaum no solo será la primera presidenta de nuestro país.

Llega al cargo como la candidata más votada en toda la historia de la democracia mexicana. Esa simple realidad es contundente:

  • El 60 por ciento de los electores, 36 millones de personas, le dan la llave de Palacio Nacional.
  • Los votos no solo la invisten como la primera jefa de estado. Le dan una legitimidad que muchos de sus predecesores nunca alcanzaron.

Aunque Sheimbaum no ha pavimentado ese largo camino sola... Es el año dos mil. El triunfo de López Obrador en la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México cambia su propia vida.

La joven científica se convierte en Secretaria de Medio Ambiente desde donde sacude las oxidadas políticas contra las emisiones contaminantes.

“vamos a realizar la primera etapa de la remodelación al Bosque de Chapultepec...”

El cargo detona hecho aparentemente circunstancial pero determinante.

Sheinbaum puede por primera vez caminar por dos senderos que le apasionan: la ciencia y ahora la política.

De su madre, Annie Pardo, bioquímica, heredo la primera. La segunda, de su padre, el ingeniero bioquímico, Carlos Sheinbaum.

Ambos son hijos de migrantes que huyeron de Europa para escapara del terror y de la intolerancia.

Con ese precedente familiar, Sheinbaum aprieta el puño aquel año del 87 y se alza contra la imposición de cuotas en la UNAM.


La demanda de un país de derechos le acompañaría toda la vida.

Especialmente al llegar en 2018 a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México luego de tres años al frente de la alcaldía Tlalpan.

Alcanzar el poder no marchita antiguas causas... Las reaviva...

”... Y en cumplimiento de una de las demandas del movimiento estudiantil de 1968, he pedido al Secretario de Seguridad Pública la desaparición definitiva del cuerpo de granaderos....”

La joven de cabello rizado. Se convierte en una funcionaria discreta que viaja en auto compacto, vive en un departamento rentado y no opta por declaraciones estridentes.

Marca un evidente contraste para una clase política caracterizada por los excesos y rutilantes frivolidades...

Sheinbaum gana seis años después las simpatías del mismo partido que ayudo a fundar y es abanderada como candidata...

El propio López Obrador del que no se ha separado desde el 2000, le concede el bastón de mando de un partido y de un movimiento.

”...por la democracia y siempre por un México de derechos y de justica y por ello hasta el último día nos guían los principios de no robar, no mentir y jamás traicionar al pueblo...”

La exjefa de gobierno gana la presidencia a la edad en la que los seres humanos saben que la vida es una secuencia de batallas...

“Seguiremos construyendo paz con justicia, un México fraterno. Estoy segura que si algo avalo la mayoría que nunca más se trate al pueblo de México con desprecio. Con machismo que nuestras raíces están en la fraternidad en el humanismo. Un México soberano libre independiente”

Hoy tiene 62 años... Pero en su memoria aletean los recuerdos de una niña a la que le gustaba el ballet. Los acordes de una música transportadora. La trinchera estudiantil. Se graduó como licenciada en física. Obtuvo un doctorado en ingeniería energética.

Ha pasado el tiempo: ya es abuela.

Pero la vida le reencuentra con el amor de su juventud quien ahora le acompaña. Sheinbaum tiene de frente dos mil 190 días para escribir su propia historia en la conducción del estado mexicano.

Esa historia que pone a cada quien en el sitio que le corresponde.

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