La escultura de un miembro masculino gigante sobre la tumba de una viejita en Misantla, Veracruz, ha dado la vuelta al mundo. Esta estatua fue el deseo expreso de Doña Cata, que pidió a su familia que la colocara en el cementerio en el momento en que la enterraran, pues durante su vida, ella siempre guardó un absoluto respeto al poliforme miembro reproductor masculino.
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Dicen sus parientes que, en palabras de Doña Cata, llamaba a la gente a respetar y dar la importancia correspondiente a este generador de placer. La figura, erguida en el panteón de la comunidad Ignacio Zaragoza, en Misantla, fue esculpida por Isidro Lavoignet, cuya obra ha impactado al pública, principalmente por el tabú que retrata sobre la sexualidad.
Las fotos difundidas en redes sociales muestran a la familia de Cata sonriente, mientras desvelan la escultura sobre la tumba.
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Isidro Laviognet, en realidad, dedica su práctica artística principalmente a la elaboración de lámina de plástico y tinacos en la comunidad, por lo que su incursión a la escultura implicó un riesgo para abordar el diseño de la construcción.
¿Quién fue Doña Cata Orduña?
Catarina Orduña, o Doña Cata (para los cuates) nació el 25 de noviembre de 1921, por lo que se quedó a nada de alcanzar los 100 años de edad, durante los que se distinguió por vivir una sexualidad tanto gozosa como abierta. Durante su vida, dio a luz a nueve hijos, que participaron en la construcción de la obra.
De la obra que solicitó se irguiera sobre su tumba, ella siempre indicó que, si existían monumentos dedicados a los hombres en la política, abogados, médicos, etc., debía haber también uno dedicado a su órgano reproductor, por lo que pidió a su familia que, en vez de alguna figura religiosa, su tumba estuviera acompañada por esta figura.
