Jesús Villelas enfrentó uno de los momentos más complicados para cualquier dueño de un perro: tener verse forzado a decirle adiós, antes de dormirlo y despedirse para siempre. El animal había comenzado a sufrir afectaciones graves a su movilidad, afectando principalmente su agilidad. Sus opciones de recuperación, según los médicos veterinarios, eran prácticamente nulas, por lo que su Rivera tuvo que analizar detenidamente todos los escenarios y llegar a la mejor opción para su perrito, siempre pensando en su bienestar y que sufriera lo menos posible. Esta decisión, lamentablemente, fue dormir al can, para que este descansara por siempre.
Mace: el mejor amigo del hombre
Mace fue el nombre de su fiel compañero, con quien compartió momentos del día a día, quizá rutinarios y repetitivos, pero todos ellos entrañables, que perdurarán para siempre en la memoria de Jesús. Las tardes de siesta en el sofá, para posteriormente ser acariciado en toda su pancita, eran sin duda uno de los momentos favoritos para ambos.
El canino esperaba siempre pacientemente el regreso de su dueño a casa cuando este salía, para que cuando se abriera la puerta, Mace estuviera listo para moverle la cola y recibirlo con alegría.
Pero los recuerdos que se llevan por mucho el podio entre Jesús y Mace, son los trayectos que compartieron juntos en la camioneta de Rivera: el perro estaba tan acostumbrado a este momento, que no hacía falta una invitación; el animalito ya sabía que se abría la puerta de su hogar y podía treparse a la automóvil.
En su último paseo en la parte trasera de la camioneta, Jesús percibió a su mejor amigo feliz, sin saber que se dirigían a la veterinaria, donde Mace sería dormido para que dejara de sufrir.
“Con mi corazón y mi alma llena de dolor me despedí del mejor amigo canino que he tenido, el mace, el más hermoso, el más enamorado de su amo, mi amigo de cuatro patas… tuve que aceptar que lo durmieran para que dejara de sentir tanto mal”. Así resumió Rivera su experiencia, viéndose forzado a despedirse de su fiel amigo.
Su familia tomó muchas fotografías para inmortalizar los últimos momentos de Mace, quien seguro no habría querido despedirse de su dueño todavía, pero ante el dolor que sufría, la decisión fue pensada para ahorrarle el calvario que estaba sufriendo, que sus últimos días hayan sido con la mayor calidad de vida posible.
TAL VEZ TE INTERESE: Paramédico salva la vida de perrito atropellado en CDMX